El objetivo de la educación en el siglo XXI no consiste simplemente en el
dominio de los contenidos del conocimiento o el uso de nuevas
tecnologías. Consiste también en el dominio del propio proceso de
aprendizaje. La educación debería ayudar a pasar de aprendices noveles a
aprendices expertos: personas que quieren aprender, que saben cómo
aprender estratégicamente y que, desde un estilo propio altamente
flexible y personalizado, están bien preparadas para el aprendizaje a lo
largo de la vida. El Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) ayuda a los
educadores a alcanzar este objetivo proporcionando un marco para
entender cómo crear currículos que atiendan las necesidades de todos los
estudiantes desde el primer momento.
Ante la existencia de currículo inflexible, que
pretende ajustarse a todos los estudiantes y que
hace que aumenten las barreras para aprender.
En los ambientes de aprendizaje, como colegios o universidades, la
variabilidad individual es la norma y no la excepción. Cuando los currícula
son diseñados para atender la media imaginaria no se tiene en cuenta la
variabilidad real entre los estudiantes. Estos currículos fracasan en el
intento de proporcionar a todos los estudiantes unas oportunidades justas
y equitativas para aprender, ya que excluyen a aquellos con distintas
capacidades, conocimientos previos y motivaciones, que no se
corresponden con el criterio ilusorio de “promedio”.
Los aprendices con discapacidad o en otras situaciones de desventaja son
más vulnerables a dichas barreras, pero muchos alumnos sin discapacidad
también encuentran que el currículo está escasamente diseñado para
alcanzar sus necesidades de aprendizaje.
Cuando los currículos están diseñados para alcanzar las necesidades de la
media general, excluyendo las de aquellos con diferentes habilidades,
estilos de aprendizaje, formación, e incluso preferencias-, fracasan en
proporcionar a todos los individuos oportunidades de aprender justas e
iguales.
Principios del Diseño Universal de Aprendizaje (DUA)
1. Proporcionar Múltiples Formas de Representación (el qué del
aprendizaje)
Los alumnos difieren en la forma en que perciben y comprenden la
información que se les presenta. Por ejemplo, aquellos con
discapacidad sensorial (ceguera o sordera), dificultades de aprendizaje
(dislexia), con diferencias lingüísticas o culturales, y un largo etcétera
Principios que
guían el DUA
pueden requerir maneras distintas de abordar el contenido. Otros,
simplemente, pueden captar la información más rápido o de forma más
eficiente a través de medios visuales o auditivos que con el texto
impreso. Además, el aprendizaje y la transferencia del aprendizaje
ocurren cuando múltiples representaciones son usadas, ya que eso
permite a los estudiantes hacer conexiones interiores, así como entre
conceptos. En resumen, no hay un medio de representación óptimo
para todos los estudiantes; proporcionar múltiples opciones de
representación es esencial.
2. Proporcionar Múltiples Formas de Acción y
Expresión (el cómo del aprendizaje)
Los aprendices difieren en las formas en que pueden navegar por un
entorno de aprendizaje y expresar lo que saben. Por ejemplo, las
personas con alteraciones significativas del movimiento (parálisis
cerebral), aquellos con dificultades en las habilidades estratégicas y
organizativas (trastornos de la función ejecutiva), los que presentan
barreras con el idioma, etc., se aproximan a las tareas de aprendizaje
de forma muy diferente. Algunos pueden ser capaces de expresarse
bien con el texto escrito, pero no de forma oral y viceversa. También
hay que reconocer que la acción y la expresión requieren de una gran
cantidad de estrategia, práctica y organización, y este es otro aspecto
en el que los aprendices pueden diferenciarse. En realidad, no hay un
medio de acción y expresión óptimo para todos los estudiantes; por lo
que proveer opciones para la acción y la expresión es esencial.
3. Proporcionar Múltiples Formas de Implicación (el
porqué del aprendizaje)
El componente emocional es un elemento crucial para el aprendizaje, y
los alumnos difieren notablemente en los modos en que pueden ser
implicados o motivados para aprender. Existen múltiples fuentes que
influyen a la hora de explicar la variabilidad individual afectiva, como
pueden ser los factores neurológicos y culturales, el interés personal, la
subjetividad y el conocimiento previo, junto con otra variedad de
factores presentados en estas Pautas. Algunos alumnos se interesan
mucho con la espontaneidad y la novedad, mientras que otros no se
interesan e incluso les asustan estos factores, prefiriendo la estricta
rutina. Algunos alumnos prefieren trabajar solos, mientras que otros
prefieren trabajar con los compañeros. En realidad, no hay un único
medio que sea óptimo para todos los alumnos en todos los contextos.
Por tanto, es esencial proporcionar múltiples formas de implicación.
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